sábado, 24 de septiembre de 2011

Capítulo 47

Me encontraba tumbada en la hamaca del jardín. Hacía un día genial. Ni frío ni calor. Sin un fuerte viento, pero con una suave brisa. La mayor parte del cielo estaba tapada por las ramas de los inmensos árboles que habitaban en nuestro jardín. Algunos pájaros revoloteaban entre las ramas. Otros se posaban en el suelo en busca de comida. Sobre mí, las piñas de los árboles parecían a punto de caer, pero estaban bien agarradas. De fondo se escuchaba el ulular de una lechuza, que, de repente, cruzó el cielo, dejándome ver su belleza.
Los aspersores se habían activado. Por suerte, no el que estaba a dos metros de la hamaca. El agua pasaba cerca de mí, pero no llegaba a mojarme. Giré la cabeza. Miraba cómo el agua salía del aspersor a tanta presión, y el césped quedaba brillante. Ya le hacía falta un corte, pero cuando se mojaba, estaba precioso aunque estuviera largo. Parecía la típica hierba de los prados: verde y brillante por la luz del sol y la lluvia que le acababa de caer. Del rosal que se situaba a un lado del jardín, caían gotas de transparente agua. Los rayos del sol hacían que todas las plantas estuviesen preciosas después del agua que les caía.

De buenas a primeras, me entró mucho calor. En ese momento tenía ganas de tumbarme bajo ese aspersor. No me lo pensé dos veces: me bajé de la hamaca y me tiré en el césped, uno o dos metros cerca del aspersor, dejando que cada pocos segundos cayera agua sobre mi cuerpo. No estaba helada, sino con una temperatura perfecta.

 
-Te vas a resfriar cuando salgas de ahí. Aunque no lo parezca, aún estamos en invierno.

Una figura estaba frente a mí, a una distancia específica como para que el agua no le alcanzara. El sol, a su espalda, hacía que no pudiese distinguir bien de quién se trataba, y tardé un segundo de más en averiguarlo.

 
-Lo tuve en cuenta, pero hacía mucho tiempo que no me sentía tan bien como ahora.

Robe se acercó y se tumbó a mi lado. Después de un suspiro placentero, continuó hablando.

 
-Tienes razón. Aquí se está genial... - Giró su cara hacia mí. Gotas y gotas resbalaban por su frente, terminando su circuito al llegar a su nariz, desde donde caían al césped.
 
-Robe... Deberíamos hablar. - Se quedó mirándome, callado. No estaba serio, pero tampoco sonreía. Su rostro mostraba una expresión neutra.

Se incorporó lo suficiente como para inclinarse sobre mí y situarse a escasos centímetros de mi húmeda cara. Sus ojos verdes me miraban con una profunda mirada. Poco a poco, descendió, hasta besarme. Un suave beso nos hizo despertar del mundo de dudas, preocupaciones y vergüenza.

Se separó, pero solo como para dejar que corriera un poco de aire entre sus labios y los míos.

 
-Yo creo que no hay mucho de qué hablar... –Al oír esa respuesta,  le sonreí y volví a besarle.

 
Allí, bajo ese aspersor y sobre esa verde hierba, recibí el beso más bonito que había recibido nunca, del chico que más había y he querido nunca. Del que más quiero.




Pensando en todas las locuras que había hecho en mi vida… Uno de esos días en los que te da por reflexionar. Odio ese tipo de días. Me rayo mucho la cabeza por gilipolleces sin importancia. Recuerdo aquella vez en la que mentí a mi madre para ir a mi primer botellón en la playa. Me había invitado Laura, que entonces era mi chica. Tenía tan solo 14 años y ya había perdido la virginidad. Mi hermano se negó a ir. No paraba de decirme que solo había peleas y borrachos. Como un estúpido, no le hice caso. Y por ese error, me pegaron mi primera paliza en condiciones. Después de aquello pensé en hacer caso a los que me rodean. Pero no fue así. Volvía escaparme de mi casa el año siguiente para ir a una fiesta que celebraba la chica más buenorra de todo el instituto. Me emborraché como nunca lo había hecho y nada más llegar a mi casa, vomité. Me llevé dos días de cama. Como bien decía mi madre, había maltratado mi cuerpo en una sola noche. Decidí no volver a hacerlo. Algo que tampoco cumplí. Poco a poco iba acostumbrándome a temas así. Y terminé convirtiéndome en un gamberro, como dice mi abuela. En el fondo me arrepiento, y sé que no está bien. Pero tampoco tengo muchos motivos para hacer lo correcto… Al fin y al cabo, mi vida sigue siendo la misma mierda.




Entré a por dos batidos y unas cañitas. Estaba totalmente solo en la cocina, y empecé a tararear una canción. Mientras vertía el dulce líquido con sabor a chocolate en dos vasos, oí las vibraciones de un móvil cerca de mí. Se trataba del móvil de Rebeca, estaba sobre la encimera, y casi a punto de caerse al suelo. Mi acto reflejo lo cogió, evitando su caída. En la pantalla se indicaba un mensaje.

-¡Bec! ¡Tienes un mensaje!

-¿De quién? – gritó desde el segundo piso. Volví a mirar, pero se puso el salvapantallas.

-De… - lo desbloqueé. Miré de nuevo el aviso de mensaje. No ponía ningún nombre, así que pulsé la pantalla táctil abriendo así el mensaje –… Guille… - Solo había escrita una frase. – “Tú también me gustas mucho” – Oh, dios mío, pensé. Se me cortó la respiración. Había encontrado una prueba a mi sospecha. Oí como bajaba las escaleras la propietaria del móvil que sujetaba. Lo dejé sobre la mesa, y salí de la cocina, casi a la misma vez que ella entraba. 

-Era Guille. – una falsa sonrisa, y conseguí llegar al salón. Salió de la cocina, ella con el móvil entre las manos, una estúpida sonrisa y escribiendo a toda velocidad la respuesta, que después miraría en los mensajes enviados.

-Bueno, vamos al porche a tomarnos esos ricos batidos ¿no? – dijo contenta e inocente. Intenta engañarme con su cara de niña, pero no caeré. Aunque deseaba con todo corazón que me estuviera equivocando, tenía que averiguar de una vez por todas lo que estaba pasando entre mi mejor amigo y mi novia.

3 comentarios:

  1. ¡Dios!
    Que mono Robee!!!
    Y que capulla Rebeca!! Pobre Eitan... si cortan me lo pido para mí solitaaa!!!!

    Que bruja... y Guille igual... uishh.. me voy a enfadarrrr!!!!

    Cali

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  2. Robe puede ser más mono??aiss!y rebeca...ya veremos k pasará con ella y con eitan.

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  3. yo creo que es eitan que se lo a imaginado eitna,seguro que rebeca sigue coladita por eitan.por cierto chicas,¡muchisisisisisisisisismas felicidades por los diez sguidores.¡muchisimas felicidades,os los mereceis!

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