"Another day has gone, I'm still all
alone, how could this be, you're not here with me. You never said goodbye,
somebody tell me why, did you have to go? and leave my world so cold..."
-Esta
canción es muy triste, Michael Jackson, para limpiar el suelo de la cocina.
Hum... ¿qué tal si probamos mejor...? - Buscando entre las cincuenta canciones
que podría tener en aquella carpeta en el MP5, mis ojos pudieron encontrar un
título que venía perfecto para el momento. -... Oh sí, tú eres la acertada. - 'Reproduciendo
Moonlight'.
"My baby’s always dancing and it wouldn’t
be a bad thing, but I don’t get no loving and that’s no lie. We spent the night
in Frisco at every kinda disco from that night I kissed our love
goodbye..."
Moviéndome
y cantando con la fregona, pasé la mañana limpiando un poco la casa. Rebeca
estaba muy ocupada con las invitaciones. Se le veía un poco agobiada porque en
un mes y medio por fín llegará Abril y necesita terminar de organizarlo todo
cuanto antes. Unos pasos se oyeron por las escaleras, junto con un 'Buenos
días' y un bostezo. Ambas miramos, y era el niño más guapo del universo entero,
que acababa de empezar su día. Se acercó a mí, me dio un beso y se quedó
apoyado en mi hombro, aún algo dormido.
-Buenos
días, cariño. - Le di otro beso, esta vez en la mejilla. Volvió frente a mi, y
con los ojos aún sin despertar me sonrió como un niño recién levantado. Qué
gracia me hizo...
-¿Quieres
un café?
-Ya
tengo, gracias. - Le respondí alzando el brazo con el café en la mano.
-¿Rebeca?
-¡Por
favor y gracias!
Se
acercó al salón, colocó con cuidado uno de los cafés en la mesa, a la derecha
de Rebeca, y acto seguido se tiró al sofá manteniendo el suyo en equilibrio.
Empezaron a hablar sobre las invitaciones, y Robe comenzó a meter los bonitos
impresos en sobres color blanco roto. Rebeca estaba un poco estresada con todo
aquel tema. Pero nosotros le ayudamos cada vez que podemos y así al menos acaba
el día más tranquila.
-¿Dónde
está tu futuro marido? - preguntó Robe al notar su ausencia.
-Se
ha levantado temprano para ir al sitio de la celebración y empezar a organizar
el tema de las carpas, los camareros y todo lo demás.
-Joder,
qué bien suena.
-Un
amigo íntimo de mi padre tiene un restaurante y hace muchas celebraciones de éstas,
-aclaré yo - que también es amigo del padre de Rebeca. Si lo dejamos en sus
manos... Quedará todo precioso, seguro.
- ¡Ya
te digo! - dijo algo más animada mi amiga - este hombre se encargó de los
preparativos de mi comunión... Y vaya comunión...
-Pues
sí, ¿recuerdas la mía? Estuvo bastante bien también.
-Vosotras
lo que sois es unas suertudas ricachonas. – Soltó Robe entre carcajadas.
-¡Ojalá!
- dijimos ambas a la vez. - ¡Por cierto! Tía, tenemos que ir mañana a ver cómo
ha quedado tu vestido, y probártelo de nuevo para decidir si cambiaremos algo
más.
-Oh,
es verdad... Uf, con el vestido sí que estoy indecisa. Me encanta... Pero no
quiero conformarme con cualquier cosa.
-Mañana
lo dejaremos perfecto, tranquila - le lancé un guiño de forma exagerada, cual
ella me devolvió.- Oh, dios mío...
-¿Qué?
- preguntaron los dos al unísono-
-
¡Que yo aún tengo que probarme el vestido de dama de honor!
-Joder,
cómo me alegra ser tío - añadió Robe - yo solo tengo que buscarme una corbata
nueva y que ninguno lleve, y con mi traje de chaqueta del año pasado me basta.
- Qué razón tiene...
Pasaron
las horas y por fin, llegadas las 7 de la tarde, tras dos días y medio de
trabajo, conseguimos acabar con las invitaciones. Solo nos quedaba mandarlas.
Estábamos viendo una gran película, "La casa del lago", cuando
alguien llamó a la puerta, bueno, más bien llamó a la puerta a través de
palabras y no golpes.
-¡¡TOC,TOC!!
- Ninguno se movió del sofá para abrir. Nos miramos mutuamente esperando a que
alguien se levantara. - ¡¡¡TOC, TOC!!! - seguíamos disfrutando de la película
al reconocer la voz de Guille - ¡Abridme, flojos cabrones! - Risas.
-¿¡Y
tus llaves!? -preguntó Robe con su potente voz. Unos segundos de silencio
esperando la respuesta...
-...
Es que se me quedaron en el bolsillo del otro pantalón...
-¡Jajaja!
Ábrele Robe, pobrecito. -dije entre risas. Cuando Robe le abrió la puerta,
Guille entró corriendo al salón con una enorme caja de bombones y un ramo de
flores precioso.
-Para
la preciosa novia con todo mi cariño y apoyo. Que sé que te estás hartando de
preparativos. - Robe y yo nos quedamos con los ojos abiertos como platos y
fijos en el rico chocolate. Si hay algo que nos apasiona a ambos, además de la
sensación que provoca meter la mano en un saco de arroz, es el chocolate.
-¡Muchas
gracias, Guille! ¡Pero qué lindo...! - se levanto y le dio un enorme abrazo.
Colocó las bonitas flores en un jarrón en la mesa del comedor. - Me encanta
estas flores, son mis preferidas, ¿cómo lo has sabido?
-Mmm...
–Guille se quedó un rato pensando, cual niño intentando inventar una excusa
tras una trastada de las buenas. –Bueeeno, vale, me has pillado. Las flores van
de parte de Eitan. He estado allí ayudando y me ha dicho que las recoja para
ti. Si miras dentro, debe haber una tarjetita. ¡Pero juro que los bombones son
un regalo mío!
-¡Jajaja!
Qué personaje eres... Abridlos, anda, y comemos un poco ahora.
-¡Siiii!
- gritamos a coro Robe y yo.
"Esta
mañana me desperté tempranito para volver a tu lado pronto, pero esto va para
largo, así que toma un pequeño regalo para que sepas que llevo pensando en ti
todo el día. Quiero que todo sea perfecto. Te quiero mi vida.
Tu
Feliz Esclavo :)"
Otra
sonrisa más en su rostro... No hay nada mejor que ver a tu mejor amiga feliz.
Salvo una amiga feliz con chocolate :).