jueves, 30 de diciembre de 2010

Capítulo 7

 (…)
Hoy es un día triste, tal vez demasiado para estar en pleno mes de Abril.
Como un lunes cualquiera, fui al instituto y pasé mis horas allí, con mis amigos y aprendiendo como un chico corriente.
Cuando llegué a mi casa, noté como un ambiente extraño la invadía. Mis padres y la enana de mi hermana estaban sentados en el salón, esperándome. En aquel momento supe que debía sentarme yo también, pero no quería hacerlo, sabía que algo malo se traían entre manos. Pero al final, lo hice.
- Hola hijo
- Hola…
Mi padre está más serio que nunca, mirando a la nada con una habilidad increíble. Para nosotros estaría “pescando”, pero no es el caso porque no paraba de darle vueltas a lo mismo, y aunque me muero por saber qué es lo que me quiere decir, tengo miedo. Por fin se decidió a mirarme, sin cambiar su expresión de preocupación.
-Roberto, Clara… vuestra madre y yo tenemos que contaros algo. – Silencio - Sabéis que últimamente he estado muy ocupado con temas del trabajo y… en fin…
-Si papá, lo sabemos. Pero por favor, ve al grano. – Le interrumpí, no estaba para rodeos.
-Está bien, os lo explicare rápido. En Madrid han inaugurado un nuevo restaurante, y mi jefe necesita que me traslade allí.
-¿Durante cuánto tiempo?
-Nos mudaremos allí.
-¿QUÉEE? – Soltamos la enana y yo a la vez un “qué” tan enorme que creo que lo escuchó hasta la vecina (con unos 70 años y sorda) - ¡Pero no puede ser! – Dijo indignada mi hermana.
-Chicos, lo siento. No tenemos elección. No quiero dejaros aquí, os echaría demasiado de menos. Además, allí está la mayor parte de mi familia, ¡conoceréis a los primos!
Intentaba animarnos de algún modo, pero la tristeza de nuestras caras no cambiaba nada de nada. Ambos nos mantuvimos en silencio un buen rato.
-Por favor, no os enfadéis. Solo quiero lo mejor para la familia, y necesito seguir en este trabajo. Sabéis que la cocina siempre fue mi sueño, no puedo dejarlo ahora que he llegado tan lejos.
-Tranquilo papá, lo comprendemos. Será un gran cambio, el instituto, la casa… y los amigos.- comenté yo, bastante mal.
-Tu padre y yo hemos quedado en que podrás conectarte todas las noches antes de cenar para hablar con tus amigos. Así no dejarás de hablar con Eitan y con los demás. Sabemos que son importantes para ti.
-Gracias. – Le regalé a mi madre una pequeña sonrisa y seguidamente me levanté y me fui directo hacia mi habitación. Tengo que pensar como decírselo a Eitan, será difícil despedirme de alguien que siempre fue como mi hermano.


-Podrías poner algo de música al menos, ¿no?
-¿Y por qué no la elijes tú?
Alex se acercó a la disquetera gigante que permanecía junto a mi equipo de música. Se quedó un ratito buscando algún disco que le apeteciese escuchar, mientras que yo acababa de retocar la puerta de madera para el trabajo de tecnología.
-Alex, ¿cómo decoraremos la puerta eléctrica cuando acabemos con los circuitos?
-Pues yo había pensado en transformarla en un escaparate de skates. Le añadimos a los lados dos paredes pequeñitas de madera y le ponemos un plástico para que parezca un cristal. En el interior le pegamos dos de los skates estos diminutos que yo tengo y le ponemos carteles tipo: ¡Rebajas!, ¡50 % menos! Pero que mole.
-Ja ja ja, ok, me parece bien. ¿Y la puerta? La pintamos como si fuese de estas que se abren cuando detectan movimiento y ya está. ¡Va a salir genial!
-¡Siii! – Eufóricamente cerró el puño e hizo señal de triunfo, como Nadal en sus mejores puntos.
-¿Tienes ganas de tener una buena nota, o qué? – dije sonriendo.
-No, es que ya he encontrado el disco que quería oír.
-ISH! – que palo dios mío. Y yo que pensaba que tenía ganas de mejorar su nota.
-Por un momento pensé que no lo tenías. SFDK, el mejor disco del mundo.
Él a lo suyo.
-¿Pero qué dices? El Canto del Loco es el mejor grupo. Y eso sin mencionar a Queen.
-Tienes razón. Por tu culpa ya no escucho sólo rap, también escucho Queen, ECDL, y más grupos que le gustan a mi hermano. La verdad es que me alegro, estaba harto ya de tanto rap. Necesitaba cambiar de ambiente, ¿sabes?
-Pues entonces has hecho lo correcto
 Pasamos toda la tarde trabajando en el proyecto de la puerta, y escuchando música muy variada. Llegamos a escuchar desde Rap hasta Jazz. Sé que a Alex le encanta venir a mi casa y poner toda la variedad de discos que tengo. Lo pasa bien escuchando nuevos tipos de música. ¡He creado un monstruo!
Llegaron las siete y cuarto cuando salimos a tomar un batido. Comenzamos a hablar y hablar, algo muy normal en nosotros. Me contó momentos embarazosos de Eitan, con los que me reí muchísimo. Entonces quiso hacerme una pregunta:
 -¿Cómo es que no elegiste a Eitan como pareja para el trabajo de tecnología, Rebe?
-Porque… tú eres más guapo.
-No, si eso ya lo sé.- creído, como siempre. Me salió una risa tonta, de estas que son incontrolables, y decidí cambiar de respuesta.
-Es que iba a hacerlo, pero Sara fue corriendo a pedírselo antes que yo. Eso era para verlo. ¡Por poco se le tira encima!
-Uoohooh, ¿oyes eso?
-¿El qué? - pregunté mirando a todas partes.
-Parece que son... ¡celos! - Comenzó a reírse para hacerme rabiar.
-¡Qué dices tonto! No estoy celosa, que quede claro. Ya sabes que nadie soporta lo pesada que es con Eitan. Vamos que como te acerques a él con ella delante, ¡te come!
-Ya , ya… - Y salió corriendo del local mientras reía, invitándome a correr tras él. Alex, sin duda, siempre consigue animarme…. Já, celosa dice…

1 comentario:

  1. hola.solo qeria pedirte qete pasases alguna vez por mi blog,comentaras,y lo siguieras:
    http://lasgoleadoras.com

    ResponderEliminar