jueves, 2 de diciembre de 2010

Capítulo 3


Qué chico más majo. Cada vez tenemos más confianza. Rebeca hizo bien en presentármelo, aun sabiendo lo tímida que soy...

Cogí al renacuajo por el brazo y emprendí el camino que hago con él todos los viernes por la tarde. Según mi tía, le tranquiliza. Vamos por un sendero cerca de mi casa, donde todo es naturaleza. Me encanta ir por allí. Cuando no tengo nada que hacer, a veces voy con mi cámara para hacer fotos impresionantes. Casi siempre viene conmigo Rebeca, pero hace tiempo que no vamos. Últimamente voy con mi primo, más que nada. No puedo hacer fotos porque tengo que estar pendiente de que no se meta entre los arbustos.

-¿Tú crees que es normal que estés robando las cosas de los demás? A ver cuando te enteras de que lo que te encuentras por ahí no te lo puedes quedar.

-Lo siento… - Dijo. 

-"Lo siento, lo siento". Siempre dices lo mismo y lo vuelves a hacer. Compórtate como un niño de siete años que eres, no como uno de dos. - Empezó a llorar. Reconozco que pone una carita… Es igual que el gato de Shrek, y eso puede 
conmigo, lo confieso.

-Lo siento… de verdad. No lo volveré a hacer… Juuu…. – Caían lágrimas de sus ojos como si se hubiera quedado huérfano. Lloraba con el corazón encogido.

-Anda, ven. – Le di un gran abrazo que hizo que se calmara un poco. - Prométeme que no volverás a hacerlo, si no me enfadaré contigo y te quedarás sin paseos ni chuches.

-Vale… - Me contestó secándose las lágrimas.
Yo vivo aquí desde que nací, y mis padres desde que Alan tenía cuatro años. Alan es mi hermano mayor. Ahora tiene diecinueve. Sí, es como todos los hermanos mayores. Siempre me quita el ordenador en la mejor parte de la conversación o del juego. Dice “me toca” y le da al botón. Uff…. Cómo odio que haga eso. No puedo protestar porque me llevo los cates. No puedo decírselo a mi madre porque salta con el rollo de “deja a tu hermano que está en un momento difícil con los estudios y puede necesitar el ordenador para hacer trabajos o buscar información”. Siempre dicen que el mayor se lleva la culpa, pero en mi caso no es así. La verdad es que en el fondo le quiero mucho, me ayuda cuando tengo problemas y yo intento ayudarle a él. Es una gran persona, aunque incordie un poco. Luego está mi hermana pequeña, Natalia. Tiene tan sólo nueve meses. Es muy guapa, siempre me han gustado sus ojos verdes azulados. Depende de cómo le de la luz, los tiene de un color u otro. Yo me río mucho con ella. Cojo un conejito de peluche y le hago un teatro lleno de tonterías. Se ríe a carcajadas y tiene una risa contagiosa. Sale a mí.

Seguíamos por el sendero cuando nos encontramos con Becky.

-¡Hola! 

-¡Hola! ¿Qué haces tú por aquí? – Le pregunté. Me extrañó verla un viernes allí.

-Pues estaba dando una vuelta. ¡Hola Pablo!

-Hoy Pablo se ha portado regular. – Miré a Becky con cara de “ya sabes por qué...”, cosa que captó enseguida.

-¿Qué ha hecho? – Me dijo con los labios, sin pronunciar palabra. 

Pablo no quiere que le hable de eso a nadie. Me acerqué a Becky y se lo dije al oído.

-Le ha quitado el skate a tu amigo, Eitan. 

-¡Oh! ¿Cómo ha llegado hasta su casa?

- Becky…despierta. Vive en su calle. – Dije riendo.

-¡Verdad! Entonces… ¡Tú vives al lado!

-¡Bien, despertaste!

-Pero… ¿cómo sabes dónde vive Eitan?

-Me lo he encontrado persiguiendo a Pablo, iba detrás de su skate. Estuvimos charlando cinco minutos, se iba a la pista de skate con un amigo suyo, creo.

-¡Ahh! Y yo que creía que te cortarías cuando hablaras con él. – Puso la famosa “cara de pato” que siempre me hace reír.

-Nah.

-Bueno, ¿seguimos el paseo juntas? – Propuso acompañada de una sonrisa.

-Venga.

Seguimos paseando hasta las siete o cosa así. Becky ha sido mi mejor amiga desde que éramos pequeñas. Me acuerdo de cuando jugábamos a esconder los tesoros. Le cogía los collares a mi madre y los enterrábamos en el jardín. Se pasaba el día buscándolos, y cuando los encontraba…. En fin… ¡Todo el mundo ha sido pequeño alguna vez! Bueno, el caso: Hemos ido creciendo y no nos hemos separado. Ella vive muy cerca de aquí, por lo que nos vemos muy a menudo. Es una bellísima persona, con la que siempre puedo contar. Me siento genial cuando estoy con ella. Me hace reír, me saca sonrisas, me quita el aburrimiento, aunque sea contando una de sus tonterías… ¡Es la mejor! No sé qué haría sin ella. Cuando estoy triste me consuela y me anima. Cuando estoy contenta se contagia y nos ponemos las dos eufóricas, aunque ella no tenga un por qué. Estuvimos en el mismo colegio en primaria. No nos veíamos en los recreos, cada una estaba con sus amigos, pero a la salida y a la entrada siempre estábamos juntas. Luego, ella pasó a secundaria, a 1º de la ESO. Yo me quedé en 6º. Dejamos de vernos. Sólo quedábamos los fines de semana, pero nunca dejamos de hablarnos. Por fin, un año después, volvimos a encontrarnos e hicimos como en primaria. En los recreos iba cada una a su bola, pero entrábamos y salíamos juntas siempre. Y aquí estamos. Pasamos de curso y seguimos igual de inseparables. Le queda poco para terminar... Pero aún así tengo la sensación de que por muy lejos que estemos nunca nos vamos a separar.



When love breaks up… When the dawn light wakes up… A new life was born. Somehow I have to make this final breakthru… NOW! (8) 

- ¡Cómo me gusta esta canción! Está más que claro que Queen es el mejor grupo del mundo. – Dije mientras escuchaba a mi grupo favorito.

Qué bien haberme encontrado a Ana en el sendero. ¡Tenía ganas de verla!  Así que… ha congeniado bien con Eitan. Mmmm… ¿Podré unirlos a todos y así formar un gran grupo de amigos? Yo creo que podría funcionar. Mañana hablaré con ellos. Sería genial poder pasar buenos momentos juntos. ¡Y el verano! Ya me lo imagino todo… Robe y Eitan seguro que estarían jugando al vóley conmigo y con Alex. Si se uniera Ana, ¡sería todo más divertido! ¡Y así yo tendría un poco de apoyo femenino! Qué divertido… Mis mejores amigos y mi mejor amiga juntos. Tenemos que quedar todos pronto. Tal vez se venga Sandra con nosotros.

- ¡Rebeca, baja esa música! ¡Estoy intentando estudiar!

- ¡Lo siento!- Mi hermano mayor se llama Logan. Tiene dieciocho años y está un poco agobiado con los estudios. Admiro su esfuerzo en sacar una buena nota para Selectividad. Su sueño es ser un gran médico, en cambio yo sueño más con la zoología y la música. Realmente, mi hermano es el típico chico guapo, inteligente… No es que esté hecho un ligón, pero hay muchas chicas que están detrás de él. Pero él sólo tiene ojos para su querida Carla. Está con ella desde hace un año, y aún sigue tan ilusionado como en su primera cita. Los dos piensan tener una relación en serio, y la verdad es que me parece genial porque Carla es como una hermana para mí. 

Son las ocho y media, tal vez Ana esté en su casa. La voy a llamar a ver qué le parece la idea que he tenido. Ana es una chica estupenda, siempre se está riendo. Alegre, divertida, sincera, paciente (a veces), generosa, cariñosa… ¡Se hace querer siempre! Estoy segura de que en todo el mundo no hay chica igual. Es única, y esto le hace ser la mejor amiga del mundo. Algunos piensan que es simple, otros que es distinta… Yo pienso que es como los caballitos de mar, hay tan pocas personas así que siempre sorprenden cuando las conoces. Es la amiga perfecta, con sus defectos, como todo el mundo. Todo esto le hace especial y sé que entre ella y mis amigos se va a formar una gran amistad.

Fui hacia el móvil. Estaba marcando el número de Ana cuando me empezó a llamar Eitan.

-¿Eitan?

- ¿Qué?

- ¿Cómo que qué? Me has llamado tú.

- ¡Ah, es verdad! Lo siento Rebe, estaba embobado mirando cómo patina un chaval… ¡Es un crack!- Respondió riendo.– En fin, ¿te molesto? Es que te llamaba para hablar un rato.

- Ah, ok. Pues mira, precisamente te quería comentar yo una cosa. He pensado que Ana, la chica que has visto esta tarde, podría quedar con nosotros, es decir, que se uniese a nuestro grupo. ¡Creo que lo podemos pasar súper bien todos! ¿Qué te parece?

- Ah vale, por mi vale. Es simpática. – Dijo, seguro. - Oye…

- Dime.

- ¿Como sabías que hoy me la he encontrado?  - Preguntó extrañado.

- Porque yo soy adiviiinaaa… ¡uuuuh! – Unas cuantas carcajadas. – Adiós guapísimo, ¡nos vemos mañana en el insti! – Y le colgué antes de que le diera tiempo a responder. ¡Me encanta provocarle intriga y hacerle rabiar!

[La amistad entre Eitan y Ana comenzaba a surgir. Pero estos chicos no saben hasta dónde va a llegar, y si ese grupo de amigos dará resultado... sin amores y problemas de por medio.]

No hay comentarios:

Publicar un comentario