sábado, 21 de enero de 2012

Capítulo 57

Pasaron los minutos, las horas, los días… incluso los años. Todo había cambiado, pero no precisamente como nosotros quisimos…
El mundo era demasiado repetitivo. Todo era tan monótono…
Desde la horrible noticia, caí en una leve depresión. Fue así porque me sentí presionado por la depresión de mi hermano, y tuve que levantarme con la poca fuerza que me quedaba para sacarle a él de ella. No habla tanto como antes, ha perdido su chispa. Sus ganas de bromear se esfumaron al verse afectado por la enfermedad. Nuestros amigos nos apoyan continuamente. Ana siempre que podía acompañaba a Alex durante la tarde, y Rebeca charlaba con él continuamente. Actuaban como amigas ejemplares. Robe y Guille iban más a bien a su rollo, pero siempre estaban a su lado cuando les necesitaba. Guille había encontrado un pequeño trabajillo. Dirigía el periódico de su universidad. Se encargaba de administrar el dinero que ganaba su pequeña empresa, contrataba o despedía a chicos y chicas que demostraban su destreza al redactar y fotografiar, y, a su vez, participaba con ellos. La universidad le pagaba algo de dinero por mes, que también ayudaba para pagar el tratamiento de Alex.
Robe, en cambio, no encontró ningún trabajo. Pasaba ahora el doble de tiempo conmigo, animándome, alegrándome en momentos donde solo podía pensar en angustia y preocupación. Se vino a vivir con nosotros un buen tiempo, y terminó quedándose definitivamente, pues su compañero de piso se había vuelto con su familia.
Hubo muchos días malos, más que buenos..., tanto para unos como para otros. Nada tenía sentido para mí… pero empecé a trabajar como un poseso para permitirnos el tratamiento más rápido y eficiente. El grupo ya no es el mismo. Pasaron años sin diversión, sin risas… sin motivaciones para seguir. Lo único que nos mantenía unidos como una piña, era Alex.


[En su cuarto, Eitan reflexionaba algo más sobre su grupo, que se había convertido en su actual familia. Sin embargo, pensamientos algo más optimistas se centraban en la cocina, donde se encontraba el joven del lugar…]


Por fin me decidí. Tras años esperando y dudando, me lancé a la piscina. Una o dos semanas después de la noticia de Alex hablé con Ana y le dije que la amaba. Ella no se lo tomó mal, me dijo que no sentía lo mismo, que estaba enamorada de Robe, pero me dio un abrazo y me aseguró que nunca desaparecería y que estaría ahí siempre. Al fin y al cabo, soy su media sandía. Y ella, la mía.
Pasó el tiempo. La relación con Luis mejoró, pues lo conocí a fondo y me di cuenta de que, a pesar de su orientación sexual, es igual que todos los demás. La gente piensa que por ser gay, un chico quiere también parecerse a una chica. Pero no, no siempre. Y también aumentó mi relación con su hermana, Mónica, con la que llevo saliendo un año y tres meses. Me terminó de conquistar cuando me dijo que llevaba enamorada de mí desde aquel día en que nos tropezamos en su casa. Aunque le costó soltarlo. Pero dejé mi alma tranquila al decirle por fin mi secreto a mi mejor amiga, y, además, estaba con Mónica, una chica única en su especie, la más guapa de todas. Así que, en ese tema tan complicado llamado Amor, y en ese otro tema que soluciona sus heridas pero hiere aún más, llamado Amistad, me iba, y me va, perfectamente.

3 comentarios:

  1. OMG. Dios mío. Que fuerte. Ha sido genial, aunque un poco triste. T_T No me he enterado bien, ¿Quién es el último que habla?? ¿Guille? Nu se... U_U

    ¡J'aime MSP!

    Cali

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  2. Sí, es guille jeje xD

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